Después de varios años, finalmente se ha confirmado que en 2019 el fútbol ecuatoriano comenzará un nuevo capítulo al contar con su propia Liga de Fútbol Profesional (EPFL).

La nueva liga está preparada para generar una serie de cambios significativos (y positivos), que incluyen: un proceso de venta de derechos de televisión, mecanismos para proteger los derechos de los equipos y jugadores, convenios colectivos para jugadores, árbitros, clubes y asociaciones y desarrollos. en el arbitraje deportivo.

El último de estos cambios (la evolución del arbitraje deportivo) es el tema central de este artículo.

En los últimos meses, Ecuador vivió un sonado caso relacionado con Michael Arroyo (jugador del Barcelona S.C.) que estaba apelando una suspensión por una tarjeta roja que le impediría jugar contra su principal rival, Emelec, en el partido más importante de Ecuador.

Sin embargo, el recurso fue desestimado por el Tribunal de Apelaciones de la Federación Ecuatoriana de Fútbol por falta de quórum y Arroyo tuvo que perderse el partido crucial.

El problema aquí fue que la sala del Tribunal de Apelación estuvo ausente de la audiencia y nadie pudo presidirla, dejando a Barcelona en una situación que vulneraba sus derechos constitucionales.

La situación era insatisfactoria y podría decirse que violaba el derecho del jugador y del club a una audiencia. Muchos abogados discutieron el asunto, y uno incluso presentó un reclamo constitucional para revocar la decisión, aunque esto tuvo poco valor práctico ni para el Barcelona ni para Michael Arroyo, ya que aún así se perdió el partido crucial.